Día: Viernes 30/06/2023, de 18 a 21h Presentado por: Toni
Casi 30 millones de pozos de petróleo y gas repartidos por todo el mundo han sido abandonados en las últimas décadas por la industria petrolera. Desde entonces no han parado de liberar petróleo, metano y otras sustancias tóxicas.
Las enormes cantidades de petróleo que siguen fluyendo por las bocas de estas perforaciones abandonadas contaminan tierras agrícolas y ganaderas y decenas de miles de toneladas de metano, uno de los gases de efecto invernadero más potentes, se filtran por los subsuelos provocando graves problemas para la salud de sus habitantes.
Se les denomina pozos fantasma porque a través de sus fisuras contaminan silenciosamente los subsuelos, los lechos marinos y la atmósfera. Los científicos advierten de que constituyen una auténtica bomba de relojería climática.
Francia cuenta con unas 12.000 perforaciones petrolíferas inactivas. En la región de la Alsacia, al noreste de Francia, se encuentra la cuenca de Pechelbronn donde llegó a haber alrededor de unos 5.000 pozos petrolíferos, era la Texas europea. Las explotaciones se cerraron hace 60 años y con ellas las refinerías más antiguas del mundo.
En los bosques de Pensilvania hay más de 800.000 pozos fantasma y en el desierto de Texas está el lago Boehmer que recibe alrededor de 2.300 litros por minuto de agua salada con niveles letales de sulfuro de hidrogeno.
El impacto ecológico es enorme, pero la industria petrolera no se da por aludida. La cuestión se reduce siempre a lo mismo. "Es muy caro". Sellar los pozos abandonados supondría un coste de unos 5.000 dólares cada uno. La poderosa industria petrolera cruza los dedos y elude sus responsabilidades.
Links de interés:
USA decide sellar sus pozos petroleros